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Fray Jorge

Fecha de Publicación: 2022-04-19

Fray Jorge
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EL ENIGMÁTICO BOSQUE DE LAS NUBES ¿Has visitado una Reserva de la Biosfera?

El Parque Fray Jorge es un bosque húmedo que no esperarías encontrar en la semiárida costa de Ovalle, siguiendo un desvío de menos de 45 minutos desde la Ruta 5. Este parque es la primera Reserva de la Biosfera en Chile declarada por Unesco en 1977 y protege no solo los paisajes, ecosistemas y especies de su zona, sino que también fomenta que el desarrollo económico y social en torno al área sea ambientalmente sustentable. De hecho, las comunidades vecinas al ‘bosque de las nubes’ conservan un gran patrimonio cultural y han apostado por el turismo para sobrevivir como tales, dadas las precarias condiciones en que las tiene la sequía. Han hecho un turismo sustentable, no intervencionista, respetuoso con el medioambiente. Si viajas a Fray Jorge hay mucho más que conocer y visitar después de recorrer el bosque de la Reserva.

Al entrar a Fray Jorge en un día de niebla sientes el silencio del bosque, la luz tenue entre las ramas y el sonido del mar a lo lejos, aunque debes caminar con cuidado por las húmedas pasarelas de madera que sirven de sendero. Hay otros días en que el sol atraviesa los árboles y está perfectamente claro, conservando, eso sí, su humedad. En cualquier caso, este parque de características valdivianas, te sorprende por eso mismo: porque es una imagen que contrasta con el paisaje exterior, plagado de cactus. Si quieres asegurarte de observar el bosque inmerso en la nube de camanchaca te recomendamos llegar temprano, ojalá antes de las 9 am.

Se dice que este es un bosque relicto, es decir una muestra de lo que fue esta zona antes de la última glaciación ocurrida hace más de 30 mil años, cuando los bosques húmedos se distribuían incluso hasta lo que ahora es el desierto de Atacama. No es casualidad que estando en este bosque te dé la sensación de haber sido transportado al sur de Chile.

La Reserva está rodeada de cerros y mar, y en una hora podrás completar las caminatas por sus mejores sectores. Presta atención mientras recorres los senderos porque, aunque no son demasiado largos, te permiten observar una diversidad única: árboles como el olivillo, canelo, alcaparra y maitén. Y la fauna incluye codornices, águilas, picaflores, lechuzas, tucúqueres, aguiluchos, guanacos, zorros y pumas, además de una diversa microfauna. Un dato experto: trae una lupa, así podrás observar los líquenes y musgos que crecen sobre las cortezas de los árboles, que forman verdaderos bosques en miniatura.

Si subes al mirador principal aparecerás frente a un precipicio que termina en el océano Pacífico. Hacia el norte de ese mar imponente están Tongoy y Guanaqueros, y al sur, la desembocadura del río Limarí.

Fray Jorge es estudiado por científicos que vienen de todo el mundo, dice el guardaparques Víctor Cook, quien lleva dos décadas trabajando aquí y ha observado cómo el cambio climático ha transformado la flora y la fauna del lugar. El parque es un ‘centinela del cambio ambiental’, ya que el impacto sobre la fragilidad de su ecosistema ha sido estudiado y documentado desde hace más de 30 años.

BAJO LAS ESTRELLAS Fray Jorge de noche se transforma en un verdadero anfiteatro al universo. Sus condiciones de cielo son excepcionales para la observación astronómica. Tanto así que fue el primer sitio con certificación de Reserva Starlight en Latinoamérica, que significa que más del 60% de sus noches al año están despejadas y no le afecta la contaminación lumínica de las comunidades que lo rodean, justamente porque impulsaron el compromiso de proteger el cielo.

En el sector Barraza Bajo Salala puedes dirigirte al camping Puntilla Munay, que posee más de 20 sitios para instalarse cómodamente, en un entorno muy campestre, donde hay eucaliptos de más de 50 años que ofrecen sombra y aves por doquier. Además, tiene quinchos y piscina, y en él puedes apreciar humedales y avistar aves en compañía de su administrador, Pedro Monardez, o recorrer a caballo sus ocho hectáreas de terreno. El pueblo donde se emplaza el camping, prodigioso en humedales del río Limarí, es sitio Ramsar. Y si quieres disfrutar la noche, puedes darte el lujo de tener sobre tu cabeza uno de los cielos más oscuros del continente.

UN OASIS Si lo tuyo no es el camping, cerca de allí está la Hacienda Santa Cristina, un complejo turístico ubicado en el pueblo del mismo nombre, entrando por Quebrada Seca. Es un oasis dentro del paisaje nortino, porque posee jardines delicadamente cuidados. Cuenta con un hotel boutique de 12 habitaciones, piscina, cancha de tenis, un restaurante de alta gastronomía, salas de juego, gimnasio y tinas calientes, además de actividades de trekking o senderismo, entre otras. La casa patronal, que data de 1938, también recibe huéspedes. Juan Pablo Hernández, administrador y uno de los dueños del lugar, señala que han ido creciendo mucho con los visitantes relacionados a la actividad vitivinícola del Limarí y, por supuesto, con habitantes de la región que desean regalarse unos días diferentes en un lugar único. La familia Hernández trabaja estrechamente con el Centro de Rescate de Fauna Andina (Cerefan), una organización sin fines de lucro cuya labor es rescatar, rehabilitar y liberar fauna silvestre andina que está en peligro. La Hacienda Santa Cristina es un socio activo (Cerefan subsiste gracias a los aportes de sus socios), porque, según explica su administrador, lo suyo no es sólo el turismo, sino también el compromiso medioambiental.

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A RELAJARTE Después de un día agitado en la Reserva necesitas más bien un relajo antes de volver a la casa, por lo que puedes hacer un alto en Las Sossas e ingresar al centro terapéutico Nañapura, que cuenta con una cama de cuarzo y una tinaja caliente de hidromasaje. Su administradora es Pabla Rodríguez, quien explica que ‘nañapura’ es un concepto diaguita que significa ‘Entre hermanas’. Su casa, una antigüedad que ella cuida con esmero y con algunas remodelaciones no interventoras del diseño original, está hacia el cerro. Ella recibe allí a sus visitantes, en ese ambiente rústico y familiar. Los atiende con infusiones de hierbas relajantes y luego les ofrece acomodarse en la cama de cuarzo. El sector está tal como ha sido siempre y así lo quiere ella: campestre, agreste, con la aridez y rusticidad propias de la región. Bajo unos pimientos, unas hamacas también tientan. Y bien arriba, en una caseta con baño y vestidor, una gran tina caliente con hidromasaje. Hacia abajo, desde una altura privilegiada, el largo valle del Limarí con toda su generosidad. Para hacer más placentera la estadía, ella regala un sour de la provincia.

Contactos:

• Parque Fray Jorge. Ruta D 540. Tel. (51) 224 4769.

• Puntilla Munay. Ruta D 565, Salala, Ovalle. Tel.: +569 6 131 4901. @camping_puntillamunay

• Hacienda Santa Cristina. Panamericana Norte 5S. Desde Ovalle, Ruta D 505. Tel.: (53) 242 2270. @haciendasantacristina

• Nañapura. Ruta D 505 desde Ovalle. O se puede acceder también por la Paramericana Norte, a la altura de Quebrada Seca. Tel.: +569 4 220 6651. @nanapura.cl

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