Olas y Sal en Pichilemu

Si algo positivo nos dejó el encierro, fue la añoranza por la naturaleza. Como nunca, la placita de la esquina o el parque de la comuna se convirtieron en verdaderos objetos de deseo. Sentimos sed de tierra, de aire, de sol. E imaginamos qué haríamos cuando se pudiera salir más allá del radio permitido.

Ese momento ha comenzado a llegar. Por fin podemos olvidarnos en alguna medida de la pandemia, y dar inicio al proceso de sanación. Hay quienes la buscan en ríos, en las aguas del mar, en circuitos termales, en el pueblito autóctono cercano, en aventuras en las montañas e, incluso, en la comunión con las piedras. También en la oración, la meditación o el yoga.

La sanación viene por el encuentro con la naturaleza, en la versión que se quiera de ella, y, por ende, con el cara a cara con nuestro interior.

Combinar el mar con las energías sanadoras de los minerales puede ser la mejor fórmula para encontrar relajo. Dicen que si llevas un trozo de cuarzo en tus bolsillos estará protegido de las malas energías, porque este mineral -que no es otra cosa que una fórmula compuesta de sílice y oxígeno, y que es muy utilizado en tecnología- es en sí energía pura. De eso saben con propiedad en Cuarzo Lodge, en el balneario de Pichilemu.

Pichilemu está en la Región de O’Higgins y es conocida como la ‘capital chilena del surf’, un destino al que llegan practicantes de este deporte, pero también muchos visitantes que disfrutan observándolos y buscan desconexión. Es precisamente aquí donde se emplaza este lodge, cuya infraestructura apunta a alejarse del ruido y dar tranquilidad para el descanso.

El hotel cuenta con ocho suites y cada una posee un hot tub en su terraza, con salida directa desde el baño, por lo que tendrás una tina caliente de madera exclusiva en tu habitación. Todas tienen también un jardín privado y calefacción central. Los amenities - tales como el jabón y shampoo - son naturales y son elegidos así porque al lodge le interesa minimizar el impacto en el medio ambiente. Las habitaciones están diseñadas con materiales nobles y ambientados con colores neutros, buscando provocar relajo y descanso en el huésped. “En Cuarzo Lodge encontrarás un turismo diferente, con conciencia ambiental, terapias alternativas y placer espiritual -dicen en el hotel-. Además, podrás disfrutar de la gastronomía con productos locales y vegetales orgánicos cultivados por nosotros”.

Su nuevo spa posee un sauna, salas individuales o dobles de masajes, y camarín. Y si de entretención se trata, ofrece piscina, quincho, sector de fogatas y una amplia sala para la práctica de yoga y pilates.

Desde Cuarzo Lodge se tiene una vista privilegiada hacia Punta de Lobos, la playa surfera por excelencia del balneario. Está a seis kilómetros al sur de Pichilemu y, además del surf y el windsurf, se puede disfrutar en ella de un acantilado de 25 metros de altura, roqueríos, pesca de orilla y presencia de lobos marinos.

Otras playas son Principal, Infiernillo y Hermosa. De estas, sólo la primera es apta para el baño en época estival.

Y como no sólo de agua vive Pichilemu, y porque hacíamos referencia a las energías de los minerales, a 12 kilómetros al sur puedes visitar las salinas de Cáhuil, donde se extrae artesanalmente sal de la costa, además de ostras y choros zapato. Si vienes en primavera o verano, época de producción, podrás ver el proceso completo, explicado por los propios salineros, considerados por la Unesco, Tesoros Humanos Vivos. La laguna de Cáhuil, ubicada en el mismo sector, está rodeada de un humedal apto para la pesca y los paseos en bote.

En resumen, un rincón para quedarse, renovar energías y dejar atrás la pandemia.