Tres imperdibles paisajes de agua

¿Has visitado un humedal alguna vez? En estas fechas en que comienzan a levantarse las restricciones sanitarias, te proponemos conocer tres de estos biosistemas en distintas zonas del país.

Debes saber que los humedales —llamados paisajes de agua, por el rol central que juega este elemento— son fundamentales para el planeta. Ellos proveen de agua dulce, controlan las crecidas, representan la recarga de aguas subterráneas, almacenan grandes cantidades de CO2 ayudando a mitigar el cambio climático y son el hogar, permanente o de paso, de muchas especies de fauna. La diversidad geográfica de Chile permite la existencia de más de 20 tipos de humedales de los 18 mil que tiene registrado el Ministerio del Medio Ambiente y que cubren unos 5,6 millones de hectáreas.

Nuestra primera ruta comienza en la Región de Coquimbo, 10 kilómetros al sur de Tongoy. El humedal Pachingo, en conjunto con Salinas Chicas y Salinas Grandes, conforma un paseo imperdible de humedales costeros. Este sistema hídrico recibe escurrimientos y precipitaciones que bajan por la quebrada Pachingo, originada en la precordillera de la región.

El sitio comprende unas 50 hectáreas que incluyen dunas, llanos, playas. Lo primero que sobresale al acercarse es un gran espejo de agua, rodeado de arbustos, plantas acuáticas y cientos de aves marinas. Este gran estanque extiende dos brazos que albergan lagunas ocasionales que van apareciendo a medida que se recorre la franja costera.

Refugio de más de 46 especies en peligro, como el sapo de Atacama (Rhinella atacamensis) especie endémica de gran tamaño, también es un importante lugar de alimentación y descanso para cientos de aves migratorias que cada verano recalan aquí, entre ellas el águila pescadora que llega desde América del Norte. El recorrido cuenta de un mirador ideal para observar la flora y fauna. En el extremo sur de Pachingo, podemos encontrarnos con algunos conchales que forman bancos de arena blanca. Además, este humedal entrega servicios invaluables a las comunidades cercanas pues provee de agua para la agricultura y el ganado caprino y ayuda al desarrollo de un turismo ecológico incipiente.

Hotel de aves

Unos 450 kilómetros al sur de Pachingo, nos encontramos con el humedal del río Maipo, en la desembocadura del río del mismo nombre, ubicado entre las ciudades de Llolleo y Santo Domingo, en la Región de Valparaíso. Como se trata de un biosistema costero-estuarial, recibe agua salina y dulce, lo que ayuda a formar un grupo de pequeñas lagunas, bancos y curvas que originan diferentes hábitats: pajonales, dunas, vegas y pantanos, que son el sustento de una gran variedad de aves, mamíferos, anfibios, peces, reptiles y abundante flora.

Durante el verano, la afluencia de aves supera los 18 mil individuos, incluidas 17 especies de aves migratorias. Por ello es parte de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP), que protege y fomenta el desarrollo de estos territorios. El diseño de sus recorridos lo hacen ideal para visitar con niños. Tiene una excelente infraestructura con senderos de madera, miradores en altura, servicios y lugares de descanso.

Flamencos en invierno

Si estás de paso por Chiloé, debes saber que la isla tiene un total de 1.315 humedales. Entre ellos destaca el de Putemún en la península de Rilán, ubicado a 10 kilómetros de la ciudad de Castro se puede llegar por mar o por tierra. Con 184 hectáreas este sitio es un estuario (desembocadura de río) rodeado de vegetación acuática. Sus subidas y bajadas de marea forman zonas arenosas y fangosas que son un lugar de encuentro de más de 120 especies de aves. Normalmente se observan toninas, cisnes de cuello negro, patos silvestres, taguas, garzas y aves migratorias, que llegan principalmente en el verano. Un imperdible entre junio y septiembre son las colonias de flamencos rosados que pasan el invierno en este humedal.

Con cinco miradores, circuitos para bicicletas y cabalgatas, es un excelente paseo. Además, es posible arrendar kayak para aproximarse a las aves desde el agua. Muy cerca está la iglesia Santa María de Rilán (1908) que es parte del circuito de iglesias tradicionales, declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.