Cómo hacer un trekking y camping en el río Achibueno

En familia y con ayuda de arrieros.

Sus aguas turquesa, pozones, rocas enormes, playas y bosques hacen del río Achibueno, en la región del Maule, un lugar único para escapar un fin de semana. Un destino inolvidable para niños aventureros que, con ayuda de arrieros locales, pueden llegar caminando sin preocuparse por el peso de la carga. Los consejos de dos familias que lo probaron y lo recomiendan en este texto.

Este es uno de esos paseos que requieren algo de paciencia y espíritu aventurero porque demanda, por un lado, bastante organización pero, por otro, nunca se sabe qué va a pasar. Y eso lo transforma en una aventura perfecta, llena de sorpresas pero sin peligros. Todo empieza con dos o tres semanas de anticipación, llamando a Gerardo, arriero de la zona (contacto +569-9807-8921) para reservar la fecha y calcular la cantidad de mulas o caballos necesarios según la cantidad de personas que suban. El precio es muy variable pero normalmente está cerca de los $25.000 por caballo, pero con un mínimo de dos animales, o sea $50.000 (el del arriero también se cobra aunque va sin carga). Se calcula una mula por cada cinco personas aproximadamente. De todos modos, una recomendación es llevar toda la ropa en mochilas de trekking, para que en caso de fallar algún animal (cosa bastante probable) se pueda subir de todos modos.

La aventura empieza en Monte Oscuro, al final del camino que sube bordeando el río Achibueno desde la ciudad de Linares, en la región del Maule. Una portería indica el acceso al sendero y al Santuario de la Naturaleza, que protege ciertos sectores del valle del río. La autorización para acceder se obtiene en portería y depende principalmente de la capacidad máxima del parque. En fines de semana veraniegos suele llenarse, por lo que se recomienda intentar visitarlo en primavera y otoño, o en días de semana.

Cargar las mulas es el primer desafío. Con todas las cosas tiradas en el suelo hay que intentar armar un puzle para calzar objetos de la manera más eficiente posible. Si se empieza el paseo desde Santiago, éste es el momento de darle algún sándwich de almuerzo a los niños porque el trámite se les hace largo. Importante también poner en sus mochilas botellas de agua y picnic. Con el apuro y la confusión es fácil olvidarlo y las mulas van mucho más rápido que ellos en la caminata. La confluencia con el estero Las Ánimas es una meta muy recomendable para un grupo con niños. Pasar un par de noches admirando el paisaje, descansando a la sombra de los robles enormes, caminando y disfrutando del río son un panorama perfecto para tres días. Son 7 km para llegar hasta allá, con algo de pendiente y cruces de riachuelos, unas tres horas caminando con niños.

El sendero es un destino en sí mismo. Vistas espectaculares, árboles enormes, loros tricahue, y el río siempre abajo distraen de la subida que, aunque es suave, los niños más chicos la sienten. Una vez arriba la recomendación es tomarse un momento para elegir bien el lugar de campamento. La mayoría de las personas se quedan justo a la orilla del sendero, junto al lugar del cruce del río. Pero caminando hacia arriba o devolviéndose por la orilla del río Achibueno aparecen rincones acogedores y más privados.

No está permitido prender fuego así que hay que hacer un esfuerzo extra por armar un espacio acogedor con algunas rocas y troncos. Es importante dejar la comida protegida porque a pesar de que está prohibido, muchas personas traen a sus perros y los dejan sueltos. Una vez establecido el campamento base sólo queda disfrutar.

El regreso es más fácil. Se calculan dos horas aproximadamente para desmontar el camping, y hay que tener todo listo para cuando llega el arriero. La bajada es más rápida, dos horas aproximadas. El alma y la cabeza se demoran un poco más en volver. Hay que darles unos días para que vuelvan al cuerpo y convencerse de que pronto se volverá a este maravilloso lugar.