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Casas en Árbol

Fecha de Publicación: 2022-03-14

Casas en Árbol
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Vacaciones a tres metros del suelo

Te proponemos trepar a un frondoso árbol para cumplir el sueño infantil (y por qué no de adulto) de habitar un árbol. Una novedosa forma de acercarse al bosque, siendo parte de él y con mínima intervención. En cualquiera de estas casas podrás despertar con el canto de los pájaros, en medio del frescor y sentir la lluvia muy cerca cuando cae. Tres casas, tres estilos para vacacionar como un pájaro.

Nido familiar

En el corazón de la reserva ecológica Reussland, cerca de los lagos Lanalhue, Lleu-Lleu y de la Cordillera de Nahuelbuta, están los nidales de Reussland. Dos cabañas, aisladas una de la otra, que se mimetizan en medio de un bosque de Robles y Coigües.

Todo partió cuando los visitantes de la reserva preguntaban a sus dueños si tenían alojamiento. “Pensamos en una construcción diferente y amigable. No imaginaba una casa cuadrada, una cabaña típica. La idea principal era agrupar a la familia. Lo hablé con la arquitecta Susana Herrera y me propuso diseñar desde la forma en que viven los pájaros en los árboles, sin intervenir el suelo ni el entorno”, cuenta Anabel Ramírez.

El resultado fueron dos nidales ubicados a 2.5 metros de la tierra sobre los árboles, a los que se accede a través de pasarelas. El interior —dispuesto en dos niveles— es austero y minimalista, pero muy cómodo para 4 personas. Tiene un altillo al que se sube por una escalera tipo barco, y por el exterior, otra escalera conduce hasta una plataforma-terraza para la observación de aves.

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La electricidad se genera a través de energía solar, por ello, está restringida la carga de celulares y el uso de electrodomésticos de alto voltaje. Toda el agua proviene de una vertiente.

En cada detalle, la naturaleza es prioridad, por ello, la madera nativa con que están construidos los nidos, no fue pintada. Así, a medida que pasa el tiempo, su color y textura se fusiona con los árboles y se camufla con el exuberante entorno natural.

Además, hay una tinaja de agua caliente y un sauna. A ellos llegas también por pasarelas que se despliegan a la altura del follaje, potenciando la sensación de estar caminando sobre el bosque.

En el parque hay numerosas actividades: puedes recorrer senderos, hacer trekking y practicar avistamiento de aves. Hay una cafetería y restaurante para visitantes y huéspedes.

La reserva Reussland, es un proyecto familiar que combina conservación, educación ecológica, cultura y turismo. Para ello crearon el centro de la biodiversidad, un espacio destinado al aprendizaje del entorno, que busca complementar la experiencia en contacto directo con la naturaleza.

Desconexión en altura

Un hallazgo inesperado en el exuberante entorno de la reserva biológica Huilo Huilo, es la casa del árbol de Puerto Fuy inmersa en plena selva Patagonia muy cerca del lago Pirihueico.

“Se nos ocurrió una casa que rodeara y subiera por los árboles, que fuera parte del bosque sin impactar ni un milímetro el medioambiente. De esta manera, la casa se diseñó de manera orgánica, en función de los árboles”, relata Patricia Espinoza.

Así surgió esta tiny house de 20 metros cuadrados en medio de Raulíes, Tepas y Coigües. Está pensada para dos personas, tiene un dormitorio, cocina equipada, comedor, estar, baño y terraza con vistas al bosque.

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La sensación de estar viviendo siempre sobre árboles proporciona una conexión íntima con la naturaleza. Cada espacio está en contacto visual y directo con el exterior. Por ejemplo, para llegar hasta el primer piso —que está a tres metros de altura— se debe subir una escalera con pasamanos. Para ir a la cocina hay que cruzar una terraza-pasarela. Y para llegar a la terraza se debe trepar hasta los seis metros, desde allí se disfruta una vista de 360 grados sobre la reserva.

El bosque nativo es frondoso y repleto de especies endémicas y otras como chucaos, torcazas, loicas, tordos, caranchos, traros, carpinteros. También es posible encontrar liebres, monitos del monte, pudúes y huemules. Durante la noche, el bosque no descansa, sino que comienzan los sonidos de aves e insectos, una oportunidad única de desconexión e intimidad total con la naturaleza.

Dentro de la reserva biológica, además del interés científico-ambiental, hay muchas actividades que puedes realizar: senderismo, kayak, rafting, pesca, esquí, baños termales, cabalgatas y una pequeña, pero variada oferta de restoranes. Las localidades más cercanas son Puerto Fuy a 7 kilómetros, y Neltume a 9 kilómetros.

Con vista al mar

Frente al fiordo de Castro, en primera línea y junto a la playa, la casa del árbol de Chiloé te invita al contacto con la magia chilota, sus tradiciones y su gente.

Si vienes del centro de Castro, estarás en 5 minutos en medio de un bosque de Canelos, Arrayanes, Aromos y Lumas, donde la casa fue construida a 3.5 metros del suelo. Tiene terrazas en diferentes niveles, todas con vista al mar y a la verde geografía del archipiélago. Es como estar en una embarcación de cara al viento austral.

La historia de su construcción partió como un pasatiempo del médico Fernando Brahm, quien empezó a construirla para sus sobrinos, mientras estudiaba para rendir exámenes de admisión a la especialidad que cursaría en España. Buscó ideas y proyectos en internet y luego partió con el trabajo. Eligió 4 árboles que sirvieron de pilar para levantar la casa.

“El plano y el tamaño lo definieron estos cuatro árboles. Yo estudiaba durante el día y por la tarde-noche construía junto a mi padre”, recuerda.

A medida que la construcción tomaba forma, decidieron pasar de una casa de juegos a una construcción de verdad, con puertas, ventanas y revestimientos, para ello contrataron maestros chilotes.

Así nació la casa del árbol de Chiloé. Con 30 metros cuadrados, tiene capacidad para tres personas y posee un completo equipamiento, incluido wifi.
Construida en dos niveles. En el primero se emplaza la sala de estar, el comedor, cocina y un baño con ducha. El segundo nivel está dividido en dos partes, dos altillos independientes entre si: en uno se ubica una cama de dos plazas. Hasta allí se sube por una escalera, tipo camarote, que no es apta para personas con movilidad reducida. El otro, alberga una cama pequeña, ideal para niños. Cada planta tiene una terraza independiente que permite vistas privadas hacia el mar.

Al estar inmersa en un pequeño y joven bosque frente al mar, la privacidad es absoluta. Salvo por la gran cantidad de aves que comparten su día a día con los huéspedes a esto se suma el viento y las nubes que, cada cierto tiempo, dejan caer la lluvia sobre los árboles y la casa, regalando una experiencia distinta y relajante.

Alojar en una casa en un árbol es una experiencia singular: allí te conectas profundamente con el bosque, sientes nuevos aromas, miras el mundo desde otro ángulo e incluso te empiezas a sentir parte de las variadas familias de pájaros diurnos y nocturnos que llegan a visitar.

Si ya sientes las ganas de subir a alguna de estas casas, aquí te dejamos los datos para contactarlas:

Nidales de Reussland IG:@reussland Contacto: Anabelle Ramírez [email protected] www.reussland.cl

Casa del Árbol Puerto Fuy Contacto Patricia Espinoza. [email protected] www.ecocasas.cl IG:@casa_arbol_huilo

La casa del árbol de Chiloé. Fernando Brahm Mallagaray [email protected] http://www.palafitoslospescadores.com/ IG: @casadelarbol10

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